Amarillo de Nápoles: El oro de los antiguos maestros

Pigmento amarillo de Nápoles y Cuadro de Rembrandt.

El Amarillo de Nápoles es un pigmento con una historia que se remonta a la antigüedad. Usado por los egipcios, los romanos y los maestros del Renacimiento, este amarillo cálido y opaco se convirtió en un color imprescindible en la paleta de los artistas. Su nombre proviene de los yacimientos de plomo y antimonio cercanos a Nápoles, donde se extraía una variante natural de este pigmento. Sin embargo, su popularidad creció en la pintura europea cuando los artistas descubrieron su versatilidad para iluminar carnaciones, cielos y paisajes.

Maestros como Tiziano, Rembrandt y Turner lo usaron para dotar de calidez a sus obras, aportando una riqueza cromática difícil de conseguir con otros amarillos. Su tono terroso y su capacidad de mezclarse armoniosamente con blancos y ocres lo hicieron ideal para la pintura al óleo. Con el tiempo, el pigmento original fue reemplazado por alternativas sintéticas menos tóxicas, pero el nombre Amarillo de Nápoles sigue evocando la tradición y la historia del arte.


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